Una mirada a los años 60

Los años 60, eran tiempos de soñar.

Tiempos en el que se murmuraba en cada esquina el fracaso de Estados Unidos en Vietnam, los intentos fallidos de Martin Luther King por los derechos civiles se cuestionaban, se miran logros como los del hombre al llegar a la luna pero que pide a gritos una rebelión, una pronunciación, entonces llega lo inesperado esos suspiros en la historia que dan un rumbo diferente y hacen de él una historia, una época….. El hippismo, el feminismo, los ecologistas, la burguesía universitaria… Todos tenían algo que aportar en esos momentos.

Gracias a ellos, se llega a una influencia de la moda que se convierte en mi favorita.

Coco Chanel, despierta con una liberación femenina que estaba cansada de sus corsés y bustos entallados, de sombreros gigantescos de plumas y tules de colores, llega con pequeños detalles pero que forman a una mujer con “libertad”. Coco era la representación femenina de Paris, era la ideal para mostrar en sus vestidos los cambios que se venían y aunque en sus desfiles prefería siempre ocultarse tras sus tantos espejos que la llevaban a su habitación, decidió con un simple producto: sombreros, llenos de innovación y sencillez denotar un auge en el momento indicado de su creatividad artística en la época que más lo necesitaba.

Yves Sanit Laurent trabajaba para Dior y lo que un día había pintado en pedazos de papel, sin darse cuenta en ellos estaba iniciando un nuevo pulso que cambiaría la moda por completo. Pero no fue hasta 1962 junto con Pierre Bergé que comienza en su casa de diseño lo que hoy forma parte de grupo Gucci en Paris las primeras cortadas de tela en donde se atrevió a vestir a una mujer con blazers y chaquetas tipo smoking. Su colección otoño de 1960 inspirada en la generación “beat”, una generación que rechaza los valores estadounidenses clásicos, el uso de drogas, una gran libertad y el estudio de la filosofia oriental aclama que quieren ser escuchadas, y aunque no es acogida con popularidad se toma mas bien como un escándalo para los inicios de una época bebe que aún se formaba y aprendía de los cambios fulminantes.

Frank Horvart, vuelve al fotoperiodismo, con un viaje alrededor del mundo se inspiera en Nueva York, Rio, Londres, y Paris. Experimenta con el cine y la televisión, hace trabajos de fotografía de moda para Elle. Muestra un Paris distinto, más liberal y protestante. En sus fotos, resalta las frías protestas de todo un pueblo un Mayo de 1968 cuando se exigía respeto a los estudiantes de izquierda en contra de una sociedad de consumo que intentan con lagrimas y fusiles en sus manos detener antes de que ocurra, tras el pasar del tiempo lo peor: ser controlados por el consumismo. En sus fotos se susurra en las calles de Paris acelerados cambios culturales por los detestables medios de comunicación que llegan a ser vistos por primera vez en televisor. Y aunque Europa estaba en pañales de este cambio, Horvart viaja a Estados Unidos donde por lo menos gateaban en temas de medios.

Notas del fotoperiodismo de Horvart

La ligne montgolfiére, légère et gonglée,

vous l’avez deja vue, parfois simplement esquissée,

parfois plus accentuée,

dans presque toutes les collections.

C’est pour les trois-quarts, les neuf-dixiemes,

que nous la preferons.

Les robes et les manteux, pour ne pas alourdir,

doivent se fuseler un peu en arrivant au genou.

Les gros launages bouclés, les mohair, les ratines,

leur réussissent tout a fait bien.  Frank Horvant – 1962

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                                                                Frank Horvat – 1960 – for Elle